lunes, 5 de septiembre de 2016

Occam

Hoy es mi cumpleaños.
Suena el timbre, abro la puerta y me encuentro una torta de limón frente a la puerta.  Sin ninguna indicación de remitente.


Pienso a qué puede deberse, y anoto las siguientes hipótesis posibles:

a) Me la mandó mi tía Tota, que hace años está obsesionada con la torta de limón y no pierde oportunidad de hacer una para cada celebración.

b) Un camión de reparto de la confitería Carreras hizo una curva a alta velocidad y la torta salió disparada, cayendo en mi umbral.

c) Mis amigos están preparándome una "cámara oculta", y la torta es el primer eslabón de una cadena de sorpresas que seguirán.

d) Una célula de Al Qaeda que opera en Montevideo me marcó como objetivo por mis manifestaciones liberales y me mandó una torta envenenada.

e) Me la dejó de obsequio un grupo de extraterrestres que vino desde la galaxia de Andrómeda con el único propósito de regalarme una torta de limón para mi cumpleaños.

f) La torta se materializó espontáneamente por puro azar, por fluctuaciones cuánticas del vacío.  (Ver Douglas Adams - probability drive)

g) Hasta ahora he sido un buen tipo, por lo tanto Dios, en su infinita sabiduría y bondad, me está recompensando.

En casos como este, un amigo escéptico piensa que puede haber un número astronómico (por no decir infinito) de explicaciones posibles, pero solo una verdadera.
A mí no se me ocurren más que estas siete.

La a) requiere que mi tía haya olvidado colocar una tarjeta.

La b) requiere que el que cargó el camión y cerró su puerta haya sido un incompetente, y que se haya dado una combinación de condiciones físicas de bajísima probabilidad, del tipo de ganar la grande cien veces seguidas.

La c) requiere c1) tener amigos, c2) que sean bromistas consumados, c3) un alto grado de paranoia de mi parte.

La d) requiere un tipo de paranoia mucho peor, salvo que yo trabaje para la CIA y todo el mundo lo sepa.

La e) requiere una lógica descabellada, además de suspender la confianza en un montón de leyes de la física de general aceptación.

La f) requiere una reformulación total de la teoría probabilística y de toda la física conocida.  También requeriría que todo el tiempo estuvieran apareciendo por todos lados tortas, unicornios, jaseroques, y cualquier otra cosa.

La g) requiere que exista el mentado ser.  Esta explicación, por ser un comodín que se puede utilizar en cualquier caso, no explica nada.

Un relativista fundamentalista diría que no es necesario escoger una sola de las explicaciones.  Todas son igualmente válidas y creer en una o en la otra, depende solamente de nuestros condicionamientos culturales, a los que se suma la opresión de la sociedad capitalista.  Por añadidura, todas son racistas, homofóbicas y sin respeto de género.
Compartir esta creencia me deja con el problema de no saber si debo llamar a mi tía, mandar una tarjeta de agradecimiento a Venus, consultar a Stephen Hawking, o hacer analizar la torta por el FBI.

Entonces, acude en mi ayuda el principio filosófico de la Navaja de Occam.

¿Cuál de los supuestos requeridos por cada una de las explicaciones es más "económico en hipótesis previas"?


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