La izquierda da asco.
Alcanzaría para justificar esa afirmación el apoyo descarado
e impúdico al régimen de Venezuela y al chavismo en general, mala imitación
paso a paso del fascismo hitleriano más rancio y puro. Con todos sus subproductos tradicionales
tales como el antisemitismo, el matonismo de las brigadas populares y la
corrupción mafiosa e impune del manejo de los negocios del estado como un bien
propio.